Una vez más me encuentro pateando estás calles, las que siempre recorro, con la esperanza de ver un mínimo cambio. Pero todo esto sigue igual y me pregunto ¿Cuanto tiempo seguiremos así? Gente mirándose con desprecio y hablando en voz baja con su acompañante, gente caminando cabizbaja con una mirada perdida y a paso acelerado, con tal de llegar a su lugar de resguardo donde podrán pasar el resto del día tranquilos siendo lo que realmente son sin ser juzgados por nadie.
¿Hasta cuando? Sigo caminando, mirando para todos lados tratando de encontrar una simple respuesta que me aclare todas las dudas, pero mientras más busco más desolación encuentro. Vamos muchacho levanta esa mirada y comienza a caminar con confianza, nadie está en su derecho de decirte que por usar ese calzado es mejor persona que tú, que por caminar acompañado de alguien tiene mejor vida que tú. ¿Te preocupa algo de ti y te preguntas por qué en aquella persona eso qué te molesta es perfecto? No deberías, recuerda que cada defecto nos hace personas únicas, y reales.
Los prejuicios existen hoy y estarán siempre, así que no te preocupes porqué hoy te paso, mañana te puede pasar de nuevo y pasado otra vez. ¿Y si sigue por el resto de tú vida, seguirás lamentándote sin siquiera disfrutar? Son solo 100 años de los cuales no sabes cuantos te quedan ¿Entiendes? Ahí afuera hay alguien que desea ver tú cabeza en alto para poder apreciar todo lo que traes contigo, entre toda esa multitud hay alguien que hará que todo lo que hoy te molesta, mañana sea minúsculo.
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