Aun te recuerdo con la devoción
de aquel día que nos vimos, tan esplendida y esbelta. Tu mirada inocente y tu
dulce voz ponían todos mis sentimientos en mi contra, convirtiéndome en alguien
totalmente indefenso ante ti, contigo aprendí los grandes valores del amor y
todo lo qué con ello con lleva.
Por alguna razón no funciono lo
que estábamos tratando de intentar juntos, teníamos nuestras diferencias cosa
que yo no quería ver, era todo tan irreal que a la vez lo veía real y eso me
encantaba. Hablarte para volver a reconstruir los hechos es un caso perdido, ya
qué tu no estás sola, nunca lo estuviste y yo en ese momento no lo supe
afrontar, ahora lo entiendo y quisiera qué todo este bien.. Pero no es posible.
Aun no entiendo qué es lo qué
paso, o a lo sumo qué es lo qué hice mal, te quisiera tener aquí a mi lado para
poder decirte gracias por todo, de una u otra manera aprendí y eso lo valoro
demasiado. Poco a poco se fue perdiendo la chispa qué teníamos, esa gran
seguridad que nos brindamos ambos fue desapareciendo y dejando entrar a todos
nuestros grandes miedos para que podamos ser sometidos ante su castigo, no sé sí
lo has sufrido tanto cómo yo, pero fui el qué perdió más defensas.
Perdí todos mis castillos
construidos a tu lado, princesa, en un abrir y cerrar de ojos.
Solo te quiero decir gracias.
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