Noche cálida, perfecta para que dos amantes sin escrúpulos den rienda suelta a sus deseos. Siendo protegidos por la luz de la luna, la cual les daba la suficiente iluminación para ser ellos mismos ahí se encontraban cómo si nada importase. Solo ese lugar, la situación, un cómodo asiento y ellos dos sin decir nada.
Tras una larga despedida y sin sentido, no esperaban volverse a ver. Algo estaba mal.
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