4 sept 2013

Un sabor amargo

Cómo agujas afiladas cayendo de punta hacía mi, la lluvia de aquella tarde pegaban sobre mi abrigo casi a tal punto de desgarrar la tela. Queriendo adentrarse, tanto cómo tú mirada desde que me viste llegar. ¿Por qué sera qué sucede todo esto? No tengo una explicación lógica y si me preguntan no diré más que una sonrisa traviesa que sabe muy bien la situación.
No me entiendes y me buscas a cada lado que voy con la esperanza de que ahí este contigo todo el tiempo que necesites, pero tanto cómo quiero estar aquí tengo la necesidad de estar allí. Lo siento, no es nada personal.
Te molestas y me señalas con el dedo, queriendo que cambie de parecer.. Por favor, solo olvídalo que no vale la pena intentarlo, te he visto con muchas oportunidades, no pierdas el tiempo intentando algo que jamas sucederá.

No vale la pena decir que tienes todas las mujeres del mundo si la que tienes a tú lado en este momento cada vez se te aleja más y más, a paso lento y esperando solo una esperanza para que la haga quedar a tú lado. Ha pasado tiempo y estás cansado de ella, estás cansado de lo cotidiano, pero aún así no tienes la valentía de dejarla libre. Eres egoísta y egocéntrico, eso eres.



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